Se trata de una denuncia judicial por un emprendimiento que inicio en un establecimiento denominado «La gloria en cercanía de Paso del sapo.
En anteriores declaraciones públicas, el mandatario de GUALJAINA atribuyó que fue víctima de «una cama» que le hicieron, es decir una emboscada legal para perjudicarlo económica y políticamente.
En sus afirmaciones Limarieri explicó que Allí tomó contacto con un vecino lindero al que le permitió ingresar al establecimiento para las tareas de pastoreo hasta que descubrió el faltante de 480 ovinos por lo que rompió esa relación y como respuesta tuvo la denuncia ante la UATRE.
El tema es que cuando la inspección del sindicato de los peones rurales se constituyó en el campo se encontró con que el denunciante, Sixto Arancibia, se encontraba allí, lo cual corroboraba que estaba trabajando en situación irregular, aunque para el intendente todo fue una puesta en escena.
Para corroborarlo, hizo un recuento pormenorizado de cuándo y cómo se fueron dando los hechos hasta el resultado que trascendió y que claramente, para él, prueba que fue «todo armado».
Lo cierto no del tema es que ahora fue sobreseído de culpa y cargo y la denuncia no afecta su buen nombre y honor.